La obsesión de Hitchcock

Puede ser casual que la primera película importante de Hitchcock, en 1926, fuera El enemigo de las rubias, paradoja o símbolo de la persecución que hizo durante toda su vida de actrices rubias, ya que se obsesionó con ellas, las persiguió y las torturó como director, hasta el punto de estar en peligro su matrimonio varias veces. La primera rubia importante en su filmografía fue Madeleine Carroll, que aceptó trabajar para él en 39 escalones. Con Joan Fontaine, en Rebeca, continuó su búsqueda de la rubia ideal.
Sin embargo, en 1943, una rubia, la gran Tallulah Bankhead, le dio muchos problemas en el rodaje de Náufragos, creando conflictos constantes debido a su costumbre de trabajar sin ropa interior.


En 1944 en Recuerda, tuvo su primer encuentro con Ingrid Bergman, la primera rubia auténticamente hitchcockiana. Cuando en otoño de 1948 Ingrid Bergman conoció a Roberto Rossellini y se fue con él, Hitchcock lo tomó como una afrenta personal, como si lo hubiera abandonado por otro.
Cuando preparaba Crimen perfecto, encontró a una joven y rubia actriz, digna sustituta de la Bergman, Grace Kelly, con la que rodó varias películas. El 18 de abril de 1956 Grace Kelly se casó con el príncipe Rainiero de Mónaco, por lo que nuevamente Hitchcock se quedó sin musa.
Para El hombre que sabía demasiado, un remake de su éxito inglés, contó con otra rubia, la joven cantante Doris Day.
En descubrió en la televisión a una joven actriz, Vera Miles, que trabajó en Psicosis. Más tarde, en 1957 fue Kim Novak, la protagonista femenina de Vértigo. En Con la muerte en los talones, Eva Marie Saint fue la rubia de turno.
La primera morena de su carrera, Audrey Hepburn, le causó serios problemas, pues renunció a rodar «No Bail for the Judge» en 1959, al estar embarazada. Le arruinó sus planes y desde ese momento la adorable Audrey se convirtió en una más de sus pesadillas y nunca perdió la oportunidad de denigrarla públicamente.
En octubre de 1961, mirando la televisión descubrió a la causa de sus mayores desasosiegos. En un anuncio vio a una joven modelo rubia. Su nombre era Tippi Hedren. Hitchcock se propuso contratarla y hacerla suya. Tippi Hedren firmó un contrato con Hitchcock para realizar varias películas a sus órdenes. En 1962 Hitchcock se obsesionó de tal manera con ella que hizo contratar a un equipo de detectives para que la siguieran y le informaran de todos sus actos. Más tarde se rodó Los pájaros, y en 1963, en el tortuoso rodaje de Marnie la ladrona, Hitchcock acosó constantemente y de forma directa a Tippi Hedren. Tippi lo rechazó con firmeza y el director perdió todo interés por la película y por la vida.