La censura de Paco

Sala de proyección privada del Palacio del Pardo. El general (Franco) según los testimonios que quedan de aquellas sesiones, expresaba su desagrado con una leve tos. La tosecita en cuestión ponía en marcha la maquinaria de la censura que, a lo largo de cuarenta años, abrevió besos, subió escotes y hasta convirtió un adulterio en incesto.Cuenta Alberto Gil (licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid) que los españoles que vieron Casablanca en su estreno en 1946 e incluso su reposición en 1965 se quedaron sin saber que Rick (Humphrey Bogart) había luchado en la Guerra Civil Española al lado del Gobierno republicano. La censura perseguía los besos y la exhibición de carne pero también las actitudes "amorales" o las críticas al fascismo. Ni siquiera películas tan inocentes como Las chicas de la Cruz Roja o El mago de Oz resultaron ilesas. La censura fue suprimida en 1977.

Viridiana: escándalo en el Vaticano
Viridiana fue un caso sonado. Increíblemente, la novicia seducida por su tío, el suicidio y la escena con los indigentes de Buñuel pasaron el filtro con un pequeño lavado de cara. Llegó a Cannes y ganó la Palma de Oro. El Vaticano la condenó por "impía" y Franco reaccionó: destituyó al director general de Cinematografía y declaró proscrita la película, dentro y fuera de España.

El "peligro gay" de Tarzán
La homosexualidad, real o imaginada, era otra de las obsesiones de la censura franquista. La gran aventura de Tarzán pasó de tolerada para todos los públicos a sólo adultos. ¿El motivo? "La admiración física hacia el arquetipo masculino puede dañar psíquicamente a los adolescentes poco diferenciados, acentuando su complejo de timidez o de angustia sexual, desviando peligrosamente su atención de la sexualidad femenina".

Travestidos en "Con faldas..."
Billy Wilder y los censores chocaban. En Con faldas y a lo loco se juntaban las curvas de Marilyn Monroe (tan explosiva como en La Tentación vive arriba) y el hecho de que los protagonistas masculinos, Jack Lemmon y Tony Curtis, se pasaran diez de los trece rollos de la película vestidos de mujeres. "Prohibida aunque sólo sea por subsistir la veda de maricones".

Mogambo. Incesto por adulterio
Mogambo ha pasado a la historia como una de las meteduras de pata mayúsculas de la censura española. En el film de John Ford, Grace Kelly engañaba a Donald Sinden con Clark Gable. En su afán por convertir a la protagonista en soltera y evitar el adulterio, transformaron al matrimonio en hermanos. Pero era evidente su vida marital. La infidelidad acabó en incesto, para vergüenza de los censores.

La censura y García Berlanga
El director valenciano homenajeado estos días en la Mostra no se libró. El Verdugo sufrió catorce (más de 4 minutos) y, en vísperas de ir a Venecia (ganó el premio de la crítica), alguno más. En Bienvenido Mr. Marshall no se vio cómo la bandera estadounidense se perdía río abajo.

El guante de Gilda
¿Cómo pasó "Gilda", donde Rita Hayworth irradiaba sensualidad? Circula la leyenda de que fue el propio Franco el que la salvó, gratamente impresionado por el origen español de la actriz (su verdadero nombre era Margarita Cansino). Pero su estreno en las pantallas españolas en 1948 generó una avalancha de protestas. Padres de familia, obispos, estudiantes católicos. Gilda aguantó, pero la censura, en adelante, dio más voz a la jerarquía eclesiástica.

La ducha de "Psicosis"
Es el clímax de la película. A los censores, sin embargo, les incomodaba Marion (Janet Leight) desnuda, incluso muerta. La versión de Hitchcock la seguía en la ducha, bajo el chorro de agua, la apuñalaba una y otra vez, la vía caer desplomada desde arriba. La versión de la censura saltaba desde que ella corría la cortina hasta que aparecía su asesino/a, reducía las puñaladas a dos y suprimía el plano cenital.